CARTA A LOS JOVENES PERUANOS

CARTA A LOS JOVENES PERUANOS

El Perú se encuentra en medio de la peor crisis que haya registrado su historia, tal vez la última que pueda soportar como nación. Partiendo desde el gobierno central y pasando por todas sus instituciones hasta llegar a sus organizaciones de base, el país está quebrado, en ruinas. Y ya no es como decía Manuel Gonzales Prada, que donde se pone el dedo salta la pus, ahora la podredumbre esta por dentro y por fuera.

Estamos en medio de lo que debería ser nuestras Fiestas Patrias y no hay absolutamente nada que celebrar, sino la vergüenza de ser un país corrompido por quienes juraron cumplir con el mandato de la ley, mancillado por quienes debieron administrar justicia, saqueado y vendido por quienes debieron cautelar su integridad.

En los últimos cuarenta años, hemos tenido una sucesión de gobiernos que sólo se han prestado al saqueo indiscriminado de nuestros recursos naturales, en estos últimos cuarenta años, estas mismas autoridades coludidas con grupos de interés se han dedicado a destruir y desprestigiar a todas las organizaciones representativas, han desmantelado programas educativos sustituyéndolos por proyectos alienantes. En estos últimos cuarenta años todos o casi todos los derechos laborales han sido conculcados so pretexto de crear estabilidad para la inversión extranjera, hasta los derechos del magisterio, porque aparentemente, un pueblo educado es un peligro para la inversión extranjera.

Nuestras empresas públicas estratégicas fueron vendidas porque no eran rentables y para reducir el aparato estatal, pero este se incrementó con la creación de nuevos ministerios y nuevas agencias donde sólo se reprodujo la clientela política, el voto de consigna, así la política en el Perú pasó a ser un gran negocio. Los partidos políticos pasaron a ser empresas manejadas por una o un grupo de personas donde jamás se respetó la ley electoral y desde donde se terminó por quebrar la moral del pueblo comprándola con dadivas. No existe político que no haya salido a las plazas a regalar artículos con el propósito de comprar conciencias. Por este camino los políticos se convirtieron en forjadores de corrupción, de incompetencia, de falsedad. El pueblo ya no cree ni en ellos ni en la política y es más, ha terminado por resignarse a su destino miserable.

En estos últimos cuarenta años, la política ha sido manejada de una manera vil, donde las autoridades electas han hecho del Perú, un campo de batalla donde los intereses personales están primero y los del país al último. Han vendido todos los recursos posibles y a quienes se han opuesto los han abatido a sangre y fuego. Han hipotecado el país con obras sobre valuadas y a pagarse en décadas, pero no sólo eso, también han entregado nuestros recursos estratégicos y hasta el espacio aéreo a empresas foráneas.

Las pruebas de la corrupción están sobre la mesa, allí están todos los congresistas que han fraguado certificados y títulos de estudio, allí están los que reciben coimas por las obras que realizan en sus provincias, allí están los ministros y el presidente mismo que ya fue censurado una vez por un caso de corrupción, allí está el poder judicial con sus jueces mercenarios. Que peruano no sabe cómo funcionan los juzgados, los consejos, las comandancias, donde no se mueve una hoja de papel de un escritorio a otro si no hay de por medio el efecto de alguna “influencia”.

El Perú necesita parar hoy, ponerse de pie, empezar de cero, no con nuevas elecciones convocadas por las mismas autoridades corruptas y sus instituciones podridas. El Perú tiene que auto convocarse, los jóvenes tienen la obligación de salir a las calles, tomar las instituciones, organizarse en una Coordinadora Nacional donde participe toda organización representativa y desde alli empiecen a delegar funciones  hasta construir un nuevo gobierno. Y aquellos que han sido parte de este sistema deben tener la hidalguía de dimitir este 28 de Julio.

JOVENES DEL PERU, PIERDAN EL MIEDO, SALGAN A LAS CALLES, TOMEN LAS INSTITUCIONES. EL PERU ES DE USTEDES, LOS NECESITA.

Angel Garcia N.

New York, 25 de Julio de 2018