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Mostrando entradas de agosto, 2020

CRÓNICA DESDE EL INFIERNO: LOS 13 MUERTOS

“Yo ya no le tengo miedo a nada” dije cuando salí del bar Queirolo y me fui caminando por Jirón Quilca entre borrachos y perros callejeros que husmeaban en la basura. Estaba aturdido de tantos gritos y proclamas de absoluta egolatría, de memorias rebuscadas en recuerdos que la nostalgia había convertido en fábulas. Me levanté y salí tan de prisa que los amigos no pudieron percatarse. En la calle se respiraba una brisa otoñal, era mayo y el pavimento brillaba como si acabara de llover. Caminé hasta la avenida Wilson y volteé hacia La Colmena, allí estaba el edificio Ferrand, con su característica arquitectura semicircular y algunas ventanas tapiadas con ladrillos y otras con cortinas de hule, se podían ver algunas lámparas encendidas en habitaciones que en otras épocas fueron opulentas oficinas de abogados convertidas ahora en tugurios.  En la esquina con La Colmena abordé una combi que iba a Comas y  San Felipe, a media noche, la garúa empezó puntual, como un partido de fútbol...

LA GENERACIÓN VIRTUAL

 LA GENERACION VIRTUAL Mi sobrino Sebastian tiene cuatro años y ha ido a la escuela algunos meses y no tiene aún la noción de lo que es permanecer un día completo en un aula. Desde luego, cuando empezó el contagio del virus que paralizó todo aqui en New York, se acabaron sus viajes en autobus, sus breves recreos y su uniforme quedó olvidado en el ropero con  otras prendad que ya no le quedan. El otro día fuí a visitarlo, lo encontré sentado a la mesa viendo algo en su tablet, lo saludé y le hice cariño como siempre, pero él me hizo señas de que guardara silencio y me dijo en voz muy baja “estoy en clases". Al cabo de un rato apagó la tablet, la guardó y se sentó en el sofá a jugar con sus cosas. Acababa de ser testigo del inicio de algo que aún no podía entender del todo pero me causó un enorme terror.  Sebastian no es de hablar mucho, es ordenado con sus cosas y su tiempo y cuando está jugando con sus adminículos lo hace con la seriedad y la atención de un corredor de bo...